Feliz año nuevo
Buenas noches. Soy uno de esos que quizás algún día tendrán una mansión. No demasiado alto, ni demasiado bajo, ni demasiado guapo, ni demasiado feo, ni demasiado delgado, ni demasiado gordo. Soy un ser real y, como tal, deben mirarme.
Soy el duende de la felicidad, el hada de los deseos, la varita que brilla, las guirnaldas, las bolas, las lucecitas. Soy el espíritu, el dicho, la felicitación, el SMS, el E-Mail, el saludo, el apretón de manos, los dos besos, las palmaditas en la espalda.
Soy las uvas, el carrillón, los cuartos, el ton-ton, el peligro, el alcohol, la comida, la tos de la abuela, el gruñido del abuelo, el "Papá, despierta que ya son las uvas", el brindis con champán, la botella de tinto, la botella de güisqui, la de ron, la de cola, naranjada, limonada...
Soy el triunfo, los recuerdos, la euforia, tu borrachera, tu resaca, tu dolor de cabeza, tu boca pastosa, soy tu exceso, tu estreñimiento, tu "mamá, de verdad, no puedo más", tu ducha caliente, tu gomina, tu camisa de estreno, tu música, tu madrugada, tu amanecer, los churros con chocolate.
Soy, en definitiva, todo lo que es la Navidad, sin llamarme así.
Les deseo, con este relato cortísimo, una feliz entrada en el 2008 y mucha paz, suerte y armonía para los nuevos doce meses que nos quedan.
¡Sean felices!
1 comentario:
Feliz Año, Paco, espero seguir contándote en mi nómina de amigos en el 2008...cita obligada: Final del Falla (entre otras muchas)
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