lunes, febrero 25, 2008

Hoy, el debate

Después de la paliza dialéctica que sufrió el señor Pizarro (andaluces subsidiados, dixit) de parte de Solbes no sé como la derecha española tiene valor de volver a plantarse en un plató de televisión para hacer el ridículo. Espero que así sea.
Los debates electorales no se hacen desde 1993, desde aquel vapuleo de González a Aznar que estuvieron echando hasta anoche mismo en La Sexta.
¿De qué hablaran hoy? ¿Se insultará? ¿Se nombrará a la Iglesia? ¿Se hablará de viviendas? ¿De jóvenes desempleados? ¿De sociedad analfabeta? ¿De la poca lectura? ¿De la incultura española? ¿De dinero? De eso sí se hablará, de cifras, de más cifras, pero de pocas reformas sociales, de mentiras, de más mentiras y de castillos en el aire, muchos castillos en el aire.
Me parece indecente que para convencer a la gente haya que rodearse de capullos que aplauden a predicador como si fuese un líder, el líder de una secta llamada partido político. Los mítines están obsoletos, pero sirven para que al personaje de turno se le suba el ego, para hacer como que esta ciudad, o aquella, se entere de su programa. ¡Qué medido está todo en esta época! Ahora esta foto, ahora diga tal cosa del rival... ahora pegue carteles con su cara de memo. Motivos para creer, Ahora, el cambio... y otras tonterías del estilo que no hacen otra cosa que crear risas cuando los jovencitos como yo pasamos delante de una cabina telefónica, de uno de esos grandes carteles del extrarradio. Partidos que dicen barbaridades contra el contrario con tal de arrastrar votos y más votos, blogs que hacen propaganda gratuita, hijos de mala madre que van con la música a todo trapo por las calles de mi barrio y con pegatinas alrededor del coche. Rosas, folletos azules, rojos, una Plaza de La Corredera hasta la bandera y los de IU repartiendo folletos. ¡Váyanse ustedes al carajo, señores! No suele leerlo nadie, nadie mira sus caras. Los que vean hoy el debate será por el morbo, yo estaré en la calle, charlando con mis amigos.
Les recomiendo que vean el debate porque, al menos, podrán reírse tanto como yo con El Hormiguero, que hoy no emiten por el debate. ¡Si es que esto no trae nada más que problemas!

Les dejo, de paso, el programa del martes pasado de la radio donde comentamos Tarabas. Escúchenlo que este merece la pena.

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