Hasta luego, Buenafuente
Ayer, jueves 28 de junio, fue el último programa de Buenafuente en Antena3 con 303 emisiones a la espalda. No las he visto todas, naturalmente, pero sí una gran mayoría y cada vez que lo veía me iba a la cama con una sonrisa.
Andreu llegó de la televisión catalana para hacer frente al todopoderoso Sardá, cuyo programa se había convertido en un desfile de señoritas de baja reputación y drogadictos que se gritaban a la cara. Buenafuente se propuso hacer un programa de humor, casi calcado al que hizo en Cataluña, para hacer divertirse a la gente a la que no le gustaban las Crónicas Marcianas. Recuerdo como me reí con sus primeros monólogos y con sus personajes, aunque tengo que reconocer que, excepto en el monólogo del princpio, el programa ha ido notando el desgaste típico. Además era demasiado largo y demasiado tarde, los personajes (que no los actores) habían perdido frescura (yo comencé a odiar al Neng antes de que lo hiciera España entera), pero llegaron otros nuevos y otros antiguos continuaban dando lo suyo. Me enamoré (en sentido figurado, eso sí) de la Niña de Shreck y me reí con Santi Clima y Superdivertidós, lo que solo me había reído con el Notario. Pero todo lo bueno se acaba, y es que un programa que acaba olvidado, relegado a horarios de madrugadísima (fíjense, ayer empezó sobre las doce y media, y eso es temprano). Espero que fiche por una cadena que lo trate bien, que lo quiera y lo cuide, que no le dé tres días, sino uno, dos como mucho, y que el programa no sea tan largo, ni tampoco en catalán porque no me enteraría.
Y ahora para terminar, algunos momentos del programa Buenafuente:
Entrevistando a Zapatero:
Anunciando su último libro: Como iba diciendo
Y este es el último momento vivido en el programa de Buenafuente:
Total, para mí es un gran pérdida, pero espero volverlo a ver en septiembre...