miércoles, junio 27, 2007

Azoteas

El verano ha entrado y en Córdoba, aunque parezca raro, apenas se ha notado. Hoy sí, pero es normal, somos la ciudad del calor, una de las sartenes de España, aunque Écija, lo sabemos, es la verdadera sartén de España, creo que recordaré toda mi vida como un reportero ponía a freir un huevo en una carretera del pueblo, y éste se freía.

Pero hoy quiero dedicar este post a las azoteas en general, esos lugares donde se sube a tender ropa cuando no se seca en el balcón, y que en verano sirve para tostar a la vecina buenorra y a su madre. También al niño metrosexual del bloque de pisos, y al que quiere ser metrosexual.
Las azoteas son lugar para jugar a las cartas, fumar algún cigarrillo (y algún canuto, que yo lo he visto hacer), sentados en las hamacas de playa, esas de tela que se te pegan a la espalda y para levantarte tienes que usar espátula. Se charla, te ríes, te subes al perro para que corretee sin miedo a que se escape... En verano es cuando mejor se está en la azotea, incluso puedes tener una manguera para refrescarte si subes a eso de las seis y media, también vale para cuando lo haces a las doce, aunque el típico vecino amargado se queje y te obligue a apagar la luz. Pero no se le suele hacer caso hasta que sube y grita, entonces, si grita, con la voz de la razón, pues ya le haces caso y apagas la luz, incluso bajas la voz: Y esas colillas las recogeréis, ¿no? Apostilla, y se marcha. Al día siguiente, cuando sabe que sus mandatos nos los hemos pasado por... ya me entienden, él nos mira mal y se suele chivar a nuestros padres. ¡Les dice que fumamos! Pero es mentira, lo juro.
A mí me encanta subir a la azotea y estar allí un rato, quizás solo, quizás acompañado, aspirando la poca brisa que viene y que va, siempre igual, monótona. Pero tengan cuidado, en las azoteas puede pasar de todo, como esto que he encontrado por internet:

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