La lluvia y el frío
No es que en Córdoba aún haga frío de chaquetón y bufanda (por cierto, espero la tuya para mi santo, amiga Laurita) pero sí que es verdad que ya se va notando que la gente está más apática, que se recogen antes, que los lunes ya no son sábados porque agosto se ha acabado y los niños ya han vuelto a clase. Los universitarios también estamos ahí. El miércoles nos dio por aparecer por clase a algunos, los más croquetas que dicen los universitarios viejos de mi chirigota. Uno llegó a decir que si aparecía por la facultad antes de primeros de octubre le podría salir sarpullido. Yo fui feliz al ver a mis compañeros y al conocer a algún que otro profesor nuevo durante el resto de la semana. La que viene se pone más difícil porque ya hay que coger apuntes y escuchar con atención, pero también tengo un horario estupendo y parece que los profesores también, no todos pero sí la mayoría de los que conozco. Fonética y fonología, Introducción a la literatura catalana, Literatura de los siglos de Oro y el XVIII, Lexicografía, Teoría de la literatura... esas este cuatrimestre y a ver cómo se da, esperemos que por lo menos tan bien como el curso pasado, no digo que mejor porque ya sería un pelotazo.
Se va notando que es otoño en que ya son las 20:30 y es noche cerrada, al menos eso se ve por la ventana de mi habitación, por eso tengo la lamparilla encendida, así al menos veo las teclas, aunque yo sigo haciendo vida de verano porque aún no he bajado a la calle porque lo haré ahora pasadas las 21:00. No me sabe mal esto de creerme que aún sigo de vacaciones, supongo que también ayudan los horarios de este curso, que son muy raros.
Lo que me da pereza del otoño es que siempre comienza con lluvia y no me disgusta que caiga, y torrencialmente si quiere, pero no quiero que me pille en la calle. El jueves llovió de una manera exagerada yo, en casa, veía un episodio de la tercera temporada de Los Soprano y, la verdad, lo flipaba... esa manera de caer agua no era normal. Luego se inundaron, parece, algunos pueblos.
El otoño me gusta porque comienzo a ensayar con mi chirigota en plan serio. Me lo paso de lujo en los ensayos, no paro de reírme y de cantar, que también me gusta aunque no me importaría hacerlo un poquito de mejor. Hemos conseguido hacer un grupo de colegas interesante, vamos a nuestro rollo y procuramos no meternos con nadie. La cuestión es disfrutar. Por eso sigo en mi chirigota, claro está.
El otoño me gusta porque comienzo a ensayar con mi chirigota en plan serio. Me lo paso de lujo en los ensayos, no paro de reírme y de cantar, que también me gusta aunque no me importaría hacerlo un poquito de mejor. Hemos conseguido hacer un grupo de colegas interesante, vamos a nuestro rollo y procuramos no meternos con nadie. La cuestión es disfrutar. Por eso sigo en mi chirigota, claro está.
Se acabaron los libros de verano, esos tochos que tanto me gustan y vuelvo a los libros finitos, de leer fácil y por supuesto a los de la carrera que otra cosa no, pero leer...
Así que estoy contento por la aparición del otoño y no me quejo, que yo soy feliz de todos modos.
2 comentarios:
el frio es soportable, por lo menos yo lo prefiero al calor (sobre todo el de córdoba)pero la lluvia....es necesaria claramente, pero pq no puede llover cuando toy n mi casa, n clase... no tiene q llover cuando toy n la calle que acabo de llegar a mi casa chorreando de agua (culpa mia x no llevar paraguas claro jeje). Pero bueno como dice el dicho nunca llueve al gusto de todos no?.
Aunque es el primer comentario q te dejo sabes q leo todos tus post amigo paco, eres mu grande (y no me refiero a fisicamente eh? jeje).
PD 1: la foto me encanta, ya te lo dije.
PD 2: la bufanda pa tu santo va a ser q no, pero estará...algún día ;)
oye, que la semana que viene empiezo un taller literario en el centro cívico Śanta Rosa, a ver si nos vemos. Y no os quejéis tanto de frío, a ver si llega el otoño de verdad y se hiela alguno/a
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