viernes, junio 09, 2006

La que se nos viene encima

Apuntes, libros, conversaciones histéricas, lloros, peloteos... esto son los exámenes finales que duelen como puñaladas. Los suspensos sobrevuelan nuestras jóvenes cabezas hasta que o se desploman sobre nosotros o se convierten en sensacionales aprobados con formas de libertad.
La locura por los pasillos: cigarrillos furtivos en los servicios, gente sentada estudiando con movimientos espasmódicos hacia delante y hacia atrás, preguntas de última hora al empollón/o la empollona de la clase que las responde encantada con esa sonrisa de suficiencia que todos/as tienen. Ellos, por supuesto, lo saben todo de p a pa y a la raza común, a la de los estudiantes de día anterior, nos repatea que ellos saquen ochos y nueves... o diez y nosotros, el resto, saquemos de cuatro a seis por eso de estudiar el día de antes. ¿Merece la pena aprender de los empollones y estudiar con semanas de antelación? Pues, sinceramente, no. Socialmente, los empollones está mal vistos pero escolarmente es el sueño de todo profesor, ya que, algunos, se ven reflejados en ellos cuando eran jóvenes, por eso, además, los ayudan, los comprenden y los motivan más que a los demás porque, en realidad, todo es un infinito bucle que se repite durante generaciones.
Cuando la sensación de suspenso vuela sobre nuestras cabezas nos ponemos a la defensiva e incluso insultamos al profesor a sus espaldas aunque después lloramos rogando algunas centésimas que nos faltan para la media que es una de las mejores expresiones que he escuchado nunca.
Y entonces llegan las notas y te das cuenta de que te has rascado todo el año y que no te mereces el verano playero que te vas a pegar... pero, cuando comes, con nutrientes te crees el amo porque has conseguido quedarte con algunos profesores aunque a otros, a los que llamas cabrones los verás en septiembre con un moreno espectacular... y tú igual, sin estudiar su asignatura y con un moreno más culpable, menos merecido. Pero, ¡¿QUÉ CARAY?! PARA ESO ESTÁN LAS RECUPERACIONES... además, las broncas de mamá durante todo el verano las has tragado tú, como has podido...

P.D: Eso que se ve en la foto es mi instituto que, como todo, también está en Google. Me hace gracia, visto en foto parece aún más triste, más prefabricado. Pero es lo que hay.

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