miércoles, agosto 02, 2006

Quevedo. Odiaba a las mujeres pero escribía lindezas...


«¡Ah de la vida!»... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
Las Horas mi locura las esconde.
¡Que sin poder saber cómo ni adónde
La Salud y la Edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
Y no hay calamidad que no me ronde.
Ayer se fue; Mañana no ha llegado;
Hoy se está yendo sin parar un punto:
Soy un fue, y un será, y un es cansado.
En el Hoy y Mañana y Ayer, junto
Pañales y mortaja, y he quedado
Presentes sucesiones de difunto.
Quevedo es, a mi gusto, el mejor poeta del primer Siglo de Oro, da vueltas a mi paisano, el rancio e insoportable, Góngora y también, aunque el propio Quevedo no lo creyese así, a Lope de Vega. Este soneto narra la ida de la juventud, un tema muy recurrente en el Barroco español. Espero que lo disfruten tanto como yo. Y lean a este genio, merece la pena.
Disfrútenlo.

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