martes, septiembre 19, 2006

El Papa al que no le gusta el Islam y el Día de la Ira

El mundo se vuelve loco. Mi querídisimo Papa, Benedicto XVI, ha metido la pata hasta el fondo, sus declaraciones han sentado mal en mundo islámico que, recordemos, ya se enfureció por una viñetas en un diario perdido dos meses después de que estan fuesen publicadas. Efectivamente, el Papa se ha retractado, bueno, no del todo, ha dicho que la de la cita que leyó- que es una conversación entre un rey babilonio y su amante persa- no es su verdadero pensamiento. Eso espero. Pero, solo una puntualización, si los discursos se los escribe él por lo tanto la cita la ha escogido él, y si no es así, ¿habrá leído el discurso antes de pronunciarlo? En realidad, todo esto es una gran incógnita, tan solo comparable a la barbarie islámica que, enloquecidos, han declarado para el viernes un Día de la Ira, yo es la primera vez que lo escucho, pero, por el nombre- mi capacidad de deducción es acentuadísima- me suena a bombas, tiros y asesinatos. Como el de la monja de Somalia a la que mataron poco después de declarar su disgusto el Imán. El problema de todo esto, es que por su religión ellos desencadenan verdaderas guerras de terror, donde Occidente sale mal parado por culpa de un libro que cada uno toma a su manera, es decir, hay múltiples interpretaciones.
Efectivamente, el Papa se equivocó en su discurso, no debería haber dicho lo que dijo que, sea o no sea su verdadera opinión, es una ofensa para los musulmanes, pero, por otro lado, nadie debe coartar la libertad de expresión y si a mí esta gente me parecen verdaderos bárbaros pues lo digo, sin remordimiento alguno. El siglo XXI continuará avanzando con miedo por culpa de estos exaltadores de la venganza, esperemos que el viernes sangriento que ellos han prometido no sea tal, aunque la ceguera islámica no creo que lo impida.