martes, septiembre 05, 2006

¡Hala triste! Basura cinematográfica para sábados noche

El día que intente hacer una película con cinco libros, por favor, deténganme. Desde lo más profundo de mi alma odio al director de esta basura que se llama Alatriste; Pérez Reverte le dio cinco libros, cinco superventas y el directo le dio una película inconexa, sin orden, llena de malos actores (españoles, por supuestos) y con un guión que deja mucho que desear. Eso sí, la fotografía es sensacional.
Desde que ves por primera vez a un Eduardo Noriega haciendo de conde de Guadalmedia, con esa cara de chulito pánfilo, de adolescente treinteañero, me dieron ganas de levantarme y vociferar: ¡Qué hace ese tío ahí! Pero eso no esto, solo faltaba por aparece Antonio Resines, que iba a aparecer pero que no apareció y Paco León. Para mi desgracia fue Unax Ugalde el que vino de visita, sin más dilación se entregó al papel de sufrido enamorado, pero se nota que eso de joven promesa del cine español se le queda grande, muy grande. Para colmo allí estaba Ariadna Gil y una tipa que hace de Angélica de Alquézar de cuyo nombre no quiero acordarme. Eso sí, un buen elenco- el resto, los de antes no- compuesto por un sublime Viggo Mortensen que con esa cara de duro embelesa a tantas señoras, eso sí, ese español aprendido en Argentina y esas eses demasiado americanas, restaban un poco de credibilidad al personaje que no deja de ser uno de esos duros de película. Por otro lado, mi admirado Quevedo, es interpretado por Juan Echanove y lo hace sensacionalmente, muy bien. Por otro lado está el Conde- Duque de Olivares que es Javier Cámara, ese que nos demuestra de poco en poco que sabe hacer papeles más allá del solterón gracioso y es cierto, porque el Conde- Duque sufre un declive palpable en la película que, por otra parte, también es parte de la Historia. Quizás uno de los papeles que más me ha gustado es el que interpreta al rey, un pelirrojo que presupongo que no es español pero que tiene gran parecido con el monarca, no habla, sale dos veces, pero impresiona, lo ves ahí, tan callado, tan solo mira. Sebastián Copóns, el inseparable compañero de Alatriste es la guerra de Flandes también hace un bonito papel, Copóns no, el actor que lo interpreta.
Por último, decir que si quieren ver una película española, de mucho presupuesto, de bonitos lances y de poco más, paguen la entrada, entren y saldrán satisfechos, pero no me nieguen que Noriega va de mal en peor. ¡Que malo es, por Dios!

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