jueves, diciembre 21, 2006

Navidad

¡Ay, la Navidad llega a nuestros hogares con la fuerza y el vigor de todos los años! ¡Adorables villancicos que nadie sabemos, algunos incluso traducidos del inglés! ¡Papás Noeles colgados de los balcones, de las ventanas! ¡Que bonito es todo en Navidad!
¡En Navidad hay un gran espíritu de solidaridad! ¡Nos visitan nuestras amadas familias! ¡Ponemos el Belén o Nacimiento según el lugar donde se ponga! ¡No se olviden de los árboles de Navidad!¡Ni de la decoración en las calles!¡Ni del frío, que te hace quedarte en casita, con los tuyos! ¡O que te hace quedarte en casa para ver una buena película de las que ponen en la tele!
Voy a soltar el ron con Cocacola, espérenme...
Ahora.
¿Navidad? ¿El Nacimiento de Jesucristo? ¿Nació alguna vez?
Cuando la llega la Navidad se me acelera mi vena criticona, me dan ganas de incendiar las calles y de que todos tengan una feliz Navidad encerrados en el calabozo de la Guardia Civil. ¿Se puede tener peor gusto que colgar un Papá Noel de un balcón? Ese viejo barrigudo que tomó su color rojo de la Cocacola, ha degenerado en diferentes objetos de venta en bazares como: él mismo colgado, él mismo bailando al son de villancicos, él como un mechero, o copias que despeluchan de su gorrito. Papá Noel, si algún día te veo solo te vas a cagar. Eso por no hablar del falso espíritu navideño, llamado así en alguna estúpida película americana, que consiste en regalar, ser bueno y todo esas estupideces porque es Navidad... gran argumento, ¿verdad? ¿Y los villancicos? ¿No matarían a todos los niños que graban en cedés los villancicos de Ayer y Hoy? Como odio los Peces en el río, La virgen se está peinando y todos esos... Es la única forma de sacarme bien de quicio, que entre a un comercio esté el mismo disco de villancicos descargado del Emule, ¿hay algo más cutre que eso en un comercio? Pues esto es una copia del Corte Inglés, que se dice que tiene mensajes subliminales, bueno, en realidad esto es una teoría mía que algún día contaré. ¿Y las familias? ¿Qué me dicen ustedes de las familias? Cuando llegan las doce de la noche al tito de turno no se le puede hablar porque lleva una cogorza de tinto encima que apenas puede abrir los ojos, pero parece que huele que se abre una botella de whisky, así que abre los ojos, se levanta del sofá y lo pide con 7up... La abuela, como siempre, comed, sí, pero va a sobrar comida... Es que a mí me da una pena... ¡Señora, la cena la ha hecho usted, controle mejor las medidas, que chochea! Y llega la hora de salir con los colegas y todos cuentan lo que han cenado. No, la verdad es que ni te lo voy a decir ni me interesa. También tenemos la manía de colocar en Belén, ¿dónde? Donde mejor quede, cojones, para eso pones el río con papel de plata, y si a San José le falta un trozo del bastón no pasa nada, ¿el buey dónde iba? ¿Dónde está el niño Jesús? Suéltalo, no te lo metas en la boca... ¿Y los arbolitos de Navidad? Que preciosidad cuando sabes que debajo de ese odioso espumillón y bolitas con diferentes motivos, hay algo verde, algo que dicen que es un árbol, un árbol decorado al estilo Barroco, muy sobrecargado. Las barandas de los balcones están forradas de espumillón verde con toques dorados y unas campanitas, queda precioso eso ahí. Para pegarle al dueño de la casa. Y cuando crees que en noviembre es imposible que llegue la Navidad, ves como en el barrio han puesto las luces de Navidad, cada año más feas y te dan ganas de morirte. Entonces enciendes la tele- porque la conversación familiar en casa existe muy poco- y ves como Tim Allen, el manitas en casa, ha hecho Santa Claus 2, y la ves porque el cine en Navidad. Une a las familias. En definitiva, lo único de la Navidad de lo que no me quejo es de la fiesta y
las comidas en su variedad: cenas, almuerzos, dulces... Todo. Como quisiera comerme la Navidad.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

De todo esto se deduce que tienes un tito borracho, o al menos con tendencia a inclinar con excesiva facilidad la botella, que tu abuela chochea, que el portal de Belén y el árbol de Navidad que se montan en tu casa son de lo más cutres, que en tu casa no existe conversación familiar alguna y que lo único que te gusta de la Navidad es la comida.

¿Es la Navidad de un niño frustrado? ¿Es la Navidad de un rebelde que le gustaría vivir en un mundo mejor? ¿Es la Navidad de una crítica sobreexagerada a la vez que cruelmente vana? La Navidad tiene muchas contradicciones. Como la vida. Como tú.

Anónimo dijo...

He leido casi todos tus "articulos, escritios" o como te guste llamarlos. Algunos de ellos ha levantado en mi una gran admiración hacia ese compañero de clase que tanto da la plasta y que no se calla ni debajo de agua, aunque no lo he comentao mucho para que no se lo creas muchos. Sin embargo creo que este articulo merece por mi parte una especial atención, pues soy una enemiga declarada de la Señora Navidad. Decirte que por mi parte Paco, considero este como el mejor de tus articulos, pues describes la estupidez de la sociedad en la que nos toca sobrevivir, llena de esa pantomima e hipocresia que tanto detesto en muchas ocasiones.
¡Ah! Que sepas que tienes razón, un tío borracho lo tiene todo el mundo. jaja

Fran dijo...

Eso es por que aun no has visto su ultimo post... BRAVO