lunes, mayo 14, 2007

Juventud botellonera

Los jóvenes solo pensamos en beber. Preferimos manifestarnos por poder beber en la calle que, por ejemplo, tener derecho a una vivienda digna, a unos estudios dignos, o, incluso, a un trabajo digno. Nos gusta beber, drogarnos, fumar hachís como el que toma agua, bailar reggaeton, tener posters de cualquier raperillo poetastro en nuestra habitación y discutir con nuestros padres, nuestros profesores, faltar al respeto a nuestros mayores, tener blogs de una clase entera... (¡QUE LO DEMUESTREN!). En definitiva, la cuenta quedaría así más o menos: sex+drugs + Rock&Roll (en este caso hip hop o reggaeton)= juventud. Pues no.
Se equivocan estrepitosamente, la juventud de hoy, la de ahora, es una de las juventudes mejor preparada, de la más cabal, pero que pecan en dos cosas: demasiado dinero y demasiada libertad. Me explico: creo que los jóvenes nunca han tenido tanto poder adquisitivo como se tiene ahora (no voy a decir mi paga, que la tengo, porque más de un compañero que lee esto me golpearía e, incluso, escupiría en clase); además, influye que, por ejemplo, la hora que pisan su casa un sábado sea, no sé, las tres, las cuatro de la mañana (en mi caso suele ser así), pero no creo que solo nos interese el botellón, con la que hablo y estoy casi todo el día, tiene otro tipo de inquietudes, la mayoría no suele hacer botellones, se van al cine, como hago yo, o salen a algún pub, como hago yo, o no vamos a un bar y nos tomamos una cerveza fresquita, un cubata, o una coca-cola, da igual, pero ese concepto que hoy en día se tiene de los jóvenes... Aunque tengo que reconocer que, desde hace un par de semanas, que ya se aproxima la feria de Córdoba, hay gente en clase de la que solo se escucha decir: la que voy a pillar en la feria; me voy a poner tó siega, tía... Y así van pasando ellas, sobre todo ellas, el día, pensando en cómo escaparse de su novio para poder ir a la feria tan tranquilas.
El ejemplo de juventud no son esa pandilla de desalmados de Madrid, ni la kale borroka, ni los que se mean en los portales, ni los que conducen a ciento veinte borrachos como una cuba. Esos jóvenes son muy distintos a nosotros, son otro tipo de jóvenes, los que no han sabido evolucionar y tienen, en un cuerpo de veinte, el cerebro de un niño de siete años. La juventud que hace (hacemos, aunque yo poco) botellón no queremos que se nos represente por esos cuatro locos, nos gusta tomarnos nuestro cubata de ron con coca-cola, pero nos da igual que sea, hablo de Córdoba, en la Victoria, que un botellódromo, lo que no queremos es pagar cuatro, cinco euros, para que nos den garrafón. Hay jóvenes que tienen blogs, otros que leen, otros que ven series descargadas del Emule, otros que escriben, otros que estudian, otros que se lo pasan bien en los botellones sin necesidad de tomarse ni una sola gota de alcohol (lo he comprobado y me he reído lo mismo, me lo he pasado igual de bien). ´
Y es por esto que entiendo que haya vecinos a los que les moleste el botellón, a mí me molestaría, pero no entiendo la actitud de los políticos ante el botellón, eso sí que no.
Por favor, ustedes, los adultos que lean esto, no nos corten a todos por el mismo maldito patrón, como si fuésemos todos una panda de delincuentes, de vándalos, porque a todos no nos gusta quemar contenedores, ni el reggaeton, ni nada de eso.

P.D: Aunque no tenga nada que ver con el tema, desde aquí, esta humilde atalaya, entrego mis manos y mis pies para que Delphi no se cierre. Cabeza actúa de una vez, y no te apoltrones en tu maldito sillón de mando. Grítenlo: DELPHI NO SE CIERRA.
¿Tengo yo acaso pinta de botellonero? No hace falta que respondan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo Berma, no se no se nos puede catalogar a todos en un mismo papel, aunque hay que reconocer que si abunda esa serie de "Vándalos", vease Canis, pero desde luego solo son una parte y no todos.
Respecto a lo de Delphi, creo que hay poco que hacer ya que se trata de una Multinacional Estadounidense que utiliza a los trabajadores como "de usar y tirar", y no les suele importar ni sus propios trabajadores nacionales, imagina los españoles y demas extranjeros.

Anónimo dijo...

el de arriba soy Jack