Rafael Gómez no está en Órgiva
¡Ay! El verano está malayo perdido porque ahora sale la lista de la gente que el juez no se ha tragado su historieta (o declaración, llámenlo como quieran) y entre ellos está (redoble de tambores y eso) Rafael Gómez, el constructor cordobés que tiene a media Córdoba y a medio ayuntamiento (de izquierdas, eso sí) con la manita puesta, esperando un pagaré.
En Córdoba no se habla mucho de Rafael porque no conviene, y a la mínima ya están señalando y es que tiene razón el dicho: no muerdas la mano que te da de comer. Subcontratas y obras que empiezan sin permiso, son el pan de cada día de este gran tipejo que, para colmo, debe estar sensacionalmente asesorado y tener más dinero del que creemos.
Rafael Gómez es una institución aquí, solo comparable con... ¿El Pocero? Pues algo así. Aquí hay un solar, aquí construyo. Aquí tengo unas naves, las tiro y construyo. ¿Productos de China a bajo precio? Los vendo sin permiso. Y parece que no le va mal del todo, porque el tío está forradín, forradín.
Pero en Órgiva también hay tema, y es que en este pueblo de la Alpujarra granadina hay un asentamiento de hippies que, al parecer, están desviando agua de una acequia para su uso personal. Los agricultores están, por lo tanto, en pie de guerra ya que no pueden regar con normalidad. No sé como va esto, pero bueno. Los hippies además, están acampados en un parque natural donde si cualquiera de nosotros hiciésemos lo mismo, estaríamos ya en la cárcel o llamados a declarar.
Es por esto por lo que pido a Rafael Gómez que entregue alguno de sus chalecitos adosados, algunos de sus pisos amueblados... cualquier cosa, a esta pandilla de hippies.
Unos tanto y otros tampoco.
Que el juez del Olmo nos pille confesados.
1 comentario:
Te ha faltado perdirlo por favor. Así si que te hubiere hecho caso. Lo primero es la educación.
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