Córdoba se vende

El Cabildo de la Catedral de Córdoba anunció hoy que emprenderá "cuantas acciones legales sean necesarias" para aclarar la venta de cinco vigas de la Mezquita datadas en el siglo X en una casa de subasta de Londres.
Al parecer, la casa de subasta londinense Christie's tiene previsto sacar a la venta el próximo día 4 de abril esas cinco vigas (ver lotes 70-74) valoradas, cada una de ellas, entre 100.000 y 300.000 libras esterlinas (entre 148.000 y 445.000 euros).

He sacado esta noticia del periódico gratuito "20minutos".
Me parece muy triste que se quiera hacer eso con mi mezquita, quizás el monumento más representativo de la ciudad- tenemos más,¿eh?-. Los curas son así. El obispado lleva todo el tinglado, ¿quién si no? Pronto querrán vender los arcos, y el San Rafael de la torre. Patético.
Ay, no sé que va a pasar con nuestro interés cultural. Esos arcos DEBEN estar en el museo arqueológico, por razones obvias.
Ya pasó hace un tiempo con el palacio de no recuerdo que nombre, de no recuerdo que emperador romano, que la señora alcaldesa doña Rosa Aguilar, tita Rosa, mandó desmontar piedra a piedra para encerrarlo, porque era primordial construir una estación, que, por supuesto, podría haber sido construido algunos metros más alla. Pero no, ella tenía que construir. Quizás este tipo de actos le cuesten los votos de algunos cordobeses. Ella tiene mucho poder en la ciudad, y sabemos que puede remediar lo de las vigas de la mezquita. Esperemos que lo haga, sino cualquier americano que adore el arte se hará con ella, y no podremos disfrutarlas nosotros.
Hoy, hablando con un vecino, he recordado que todavía en los chalets de "El Brillante", un barrio bien, se ven capiteles de no se sabe donde, y piedras de tampoco se sabe donde - no queremos saberlo, no nos metemos en esos follones-. Yo mismo tengo piedras de la Judería. No cuidamos nuestro patrimonio histórico. Pero digo una cosa: para que se lo quede un americano, o un europeo pagando un dineral, me lo quedo yo gratis, que por eso es parte mía. Así, al menos, tendré la satisfacción de que no engordan las cuentas de la Iglesia, que apesta a millones de Euros.