100 entradas, 100

Para los veteranos en este mundo de los blogs no sé si es normal que se celebren las 100 entradas, pero yo lo hago porque, se siente, es mi blog.

100 entradas donde me he dedicado a dar mi opinión, algunas con más delicadeza otras con demasiada rabia contenida, otros han sido videos, poemas ajenos de belleza infinita y algún relato corto que otro también se ha escapado de este que leeis.

Me llena de orgullo y satisfacción- frase robada a nuestro reycísimo Juan Carlos- poder pertenecer a este mundo de la blogsfera y mantener, entre coletazo y coletazo, siendo más o menos leído por los habituales y por algún que otro extranjero que, según dice mi contador de visitas, se queda extrañado y parece que no vuelven a entrar, otro sí y me alegra mucho.

Gracias a todos esos los que han hecho posible que este jovenzuelo, casi rojete, mantega un lugar donde despotricar a gusto, donde dar coletazos a diestro y siniestro y donde- gracias a Revertiano- he conseguido poner música.

Y gracias, sobre todo, a los que leen y no dejan comentarios, a los que los dejan y no lo leen, a los que me insultan, a los que me invitan a la sierra, a los que me quieren matar, a la gente de mi clase a las que he metido en un lío de inconscientes. Gracias a todos ellos que, creo, han leído mis 100 entradas.